Tal y como evidenciamos en nuestro artículo del 21 de febrero de 2023, “Guerra económica USA vs China: ¿China dejará de ser la fábrica del mundo?”, la rivalidad económica y tecnológica entre Estados Unidos y China ha ido escalando a un punto crítico, afectando no solo a estas dos superpotencias sino también al orden económico y geopolítico mundial.
Este enfrentamiento, catalogado como una «nueva Guerra Fría», está reconfigurando las alianzas globales, las inversiones en tecnología y las políticas comerciales. En este artículo haremos un breve repaso sobre cómo las tensiones comerciales han afectado las economías globales, cómo la inversión en tecnologías emergentes está cambiando el equilibrio de poder y cómo los recientes intentos de acercamiento podrían influir en el futuro.
Caída del Comercio y Autosuficiencia de China
El comercio entre Estados Unidos y China ha disminuido significativamente. Según datos, las exportaciones de China a Estados Unidos cayeron un 12% en el último año, mientras que las importaciones de productos estadounidenses disminuyeron un 14% (CNBC).
El gobierno de Estados Unidos revisó a la baja el producto interno del segundo trimestre a un ritmo anualizado del 2,1%, contrariamente a las expectativas de que no habría revisión.
China, por su parte, está buscando la autosuficiencia tecnológica y planea alcanzar un 70% de autosuficiencia en tecnología crítica para 2025, con inversiones que superan los 200.000 millones de dólares en investigación y desarrollo (TBS News).
Inversiones en Tecnología
Como respuesta a las restricciones comerciales tecnológicas entre ambos países, se ha incrementado considerablemente la inversión en tecnologías claves. Estados Unidos ha invertido aproximadamente $280B en semiconductores, un componente clave para el desarrollo de la IA.
En comparación, la Unión Europea invirtió 43 billones de euros en el mismo sector. Estas cifras demuestran la importancia que las superpotencias están dando a la IA en la guerra digital (Harvard Business Review).
Rivalidad en la Región de la ASEAN
La tensión entre Estados Unidos y China ha tenido un efecto dominó en otras regiones, incluida la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), que también ha visto su flujo comercial disminuir este año, aunque a un ritmo más moderado, en medio de una caída de la demanda mundial.
La ASEAN, que ha advertido del peligro de verse arrastrada a las disputas de las principales potencias, también está manteniendo conversaciones más amplias con Li Qiang, primer ministro chino; la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris y líderes de países socios, incluidos Japón, Korea del Sur, Australia e India. (Reuters).
La Nueva «Guerra Fría Digital»
La competencia en IA ha llevado a una «Guerra Fría Digital», con implicaciones que podrían dividir el mundo en esferas de influencia tecnológica. Según estimaciones, el mercado global de IA alcanzará los 190.000 millones de dólares para 2025, lo que subraya la importancia de esta tecnología en la geopolítica global.
Al igual que la Guerra Fría del siglo XX dividió al mundo en esferas de influencia política y militar, la «Guerra Fría Digital» tiene el potencial de dividir el mundo en esferas de influencia tecnológica. Países y regiones podrían verse obligados a «elegir bandos» en función de sus alianzas tecnológicas, lo que podría llevar a una polarización aún mayor en la geopolítica global.
Implicaciones para Terceros
Esta nueva forma de rivalidad no solo afecta a Estados Unidos y China; también tiene implicaciones para otros países y regiones. Por ejemplo, la Unión Europea ha estado trabajando en su propia estrategia de IA para no quedarse atrás en esta carrera tecnológica.
Además, países más pequeños podrían verse atrapados en medio de esta rivalidad, forzados a tomar decisiones difíciles sobre con quién aliarse. (Harvard Business Review).
¿Acercamiento a la vista?
A pesar de la intensa rivalidad, recientemente hubo un intento de acercamiento entre las dos naciones. De acuerdo con información de Bloomberg, la Secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, destacó que su visita a China, produjo “muchos avances”, aunque destacó que “no puede haber confianza” a menos que Pekín tome medidas en ámbitos como una “normativa más predecible». (Bloomberg)
Esta visita también sirvió para restablecer canales de información que se interrumpieron en los últimos años. En ese sentido, ambos países han acordado mantener líneas abiertas de comunicación para reducir riesgos y han establecido un nuevo grupo de trabajo sobre cuestiones comerciales.
No obstante, Raimondo ha dejado claro que Washington no negociará en asuntos de seguridad nacional.
Más allá de estas señales positivas, no se percibe una salida completa a corto plazo de este enfrentamiento que ha reconfigurado el orden económico y geopolítico global, y que se suma a la situación de una economía china que enfrenta actualmente una deflación y perspectivas complejas de cara al futuro, algo de lo que hablaremos en un próximo artículo.